El metaverso tiene una serie de riesgos que es interesante conocer. El primero y más común es que los usuarios acaben dedicando más tiempo y energía al metaverso que al mundo real. Esto puede crear problemas psicológicos y de adicción, además de interferir en las prácticas de desconexión.

¿Pero y cuándo el daño se lo hacemos a los demás? Ya sabes que en los espacios virtuales, al no ser percibidos como algo real, hay más tendencia a no responsabilizarse de las acciones.

Y los ciberdelitos?

Entrar en el metaverso requiere unos dispositivos, como gafas de realidad virtual, mandos, micrófonos y audífonos, que pueden ser vulnerables a ataques informáticos. Lo que nos lleva a robo de datos e información personal y de monederos virtuales. En este nuevo mundo virtual aumentarán los ataques de los ciber criminales para piratear y conseguir todo tipo de información y de monedas virtuales para su beneficio. Al perder estos datos o información, como pueden ser dirección, DNI, edad, datos bancarios o de cuentas de redes sociales etc., se tiene un mayor riesgo de chantaje o extorsión.
Otro peligro que tiene es el incremento de casos de acoso por la naturaleza inmersiva y realista, por lo que el uso de esta tecnología por menores de edad debería limitarse y supervisarse para una experiencia educativa, divertida y responsable, debido a que pueden estar en riesgo de abuso sexual, grooming y radicalización entre otros.