Cualquier tecnología potente plantea preguntas sobre su uso. La sociedad tiene en cuenta no solo cómo se utilizará una tecnología para resolver problemas, sino también si se podría usar de forma incorrecta: los códigos de conducta y las directrices pueden ayudar a protegernos en ese sentido.
Algunos sistemas de IA son tan complejos en sus cálculos que puede que los humanos tengan dificultades a la hora de comprobar cómo han llegado al resultado. Es por ello que la sociedad puede sentirse incómoda asignándoles ciertas tareas sin pruebas exhaustivas y sin poner en práctica otras protecciones.
Por ejemplo: El primer simulador del universo con IA es "rápido y preciso"... pero sus creadores no tienen del todo claro cómo funciona
La forma en la que enseñamos a la IA afecte la forma en la que aprende.
La máquina moral
Puedes acceder al simulador en la siguiente dirección https://www.moralmachine.net/hl/es
Simuladores educativos
De nuevo encontramos el origen de los simuladores en el mundo militar y más concretamente en la II Guerra Mundial. Se define como “imitar el comportamiento de alguna situación o proceso". Lo que empezó siendo un concepto enfocado al aprendizaje de la aviación, en la actualidad es un popular género que ha sucumbido a una faceta más lúdica y de masas. Actualmente se usan en todos los campos de la enseñanza